¿Por qué devoramos la nevera?

04 November 2015

¿Quién no ha dicho alguna vez “devoraría la nevera”? Y no por tener hambre sino por estar viviendo una situación de nervios, estrés y ansiedad.

¿Quién no ha dicho alguna vez “devoraría la nevera? Y no por tener hambre sino por estar viviendo una situación de nervios, estrés y ansiedad.

Comer emocionalmente es el uso de los alimentos como forma de afrontar las emociones, en lugar de cómo forma de calmar el hambre. A todos, nos ha pasado alguna vez, cuando nos hemos acabado una bolsa entera de patatas fritas sólo por aburrimiento o hemos devorado una galleta tras otras mientras estudiábamos un examen. Pero cuando  se hace habitualmente, sobre todo, sin ser consciente de ello, comer emocionalmente puede afectar al peso, la salud y el bienestar general.

El problema de comer emocionalmente (aparte de las cuestiones de salud) es que, en cuanto acaba el placer de comer, las emociones que lo desencadenan permanecen. Y a menudo te sientes peor por haberte comido la cantidad o el tipo de alimento que has ingerido. Por eso ayuda tanto conocer las diferencias entre el hambre física y el hambre puramente emocional, debido a que una mala gestión en saber cómo se come puede derivar en un trastorno de alimentación.

Un trastorno de la alimentación es una enfermedad que causa graves perturbaciones en la dieta diaria de una persona, tales como comer cantidades muy pequeñas o comer en exceso, el llamado “devoro la nevera”. 

Angustia severa o preocupación por la forma o el peso del cuerpo también se pueden caracterizar como un trastorno de la alimentación. Dichos trastornos, generalmente aparecen durante la adolescencia o adolescencia, pero también se pueden dar durante la niñez o la adultez avanzada. Los trastornos de la alimentación más comunes en nuestra sociedad hoy en día son, anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.

Hace años, estos trastornos estaban catalogados como trastornos de niñas y mujeres, pero cada día es mayor el porcentaje de chicos y hombres que sufren estos trastornos. ¿Cuál es el motivo? Podría discutirse largo y tendido sobre si es debido a los estereotipos que marca la sociedad sobre la delgadez, los cánones de belleza, las nuevas normas de aceptación que se han extendido en la sociedad, y así un sinfín de posibles justificaciones, pero lo más importante es saber reconocer y detectar estos trastornos en sus fases de iniciales. Porque los trastornos de alimentación son enfermedades reales y tratables. Con frecuencia coexisten con otras enfermedades como la depresión, el abuso de sustancias o los trastornos de ansiedad. De ahí, la importancia máxima de detectar los síntomas desde las primeras fases de la enfermedad.

La expresión “devoro la nevera” puede ser una simple frase sin ningún trasfondo más allá que el de tener hambre, o el de una persona que está manifestando de una u otra forma que padece una enfermedad y que igual ya no puede controlar sus impulsos y necesita ayuda externa. Sí es así, no hay que avergonzarse, simplemente, hay que pedir ayuda a los profesionales, que en ningún momento van a juzgar los motivos de por qué te encuentras en esa situación, sino que van a poner todos los medios necesarios para salir de esa enfermedad que día a día atrae a más personas.

 

gbntcruza@cop.es

PSICÓLOGA CLÍNICA Y DEPORTIVA @inmaculadacruza

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Inmaculada Cruza Izquierdo Inmaculada Cruza Izquierdo
Inmaculada Cruza Izquierdo
Inmaculada Cruza Izquierdo. (29/11/1979)

Licenciada en Psicología Clínica, por la universidad San Pablo CEU. (2003).
Máster en gestión y Dirección de Recursos Humanos y Organizaciones por la Universidad Pontificia de Comillas(2004).
Técnico Superior en Implantación de Planes de Igualdad en la Empresa.

Experiencia Profesional:
Más de 10 años en distintos departamento de Recursos Humanos en empresas nacionales. Especializada en formación en el área de la mujer y motivación de personal.

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