15 June 2015
Pues como para casi todo, hay respuesta a esta pregunta y mediante el estudio de la percepción se haya la respuesta.
Sobre la percepción se ofrecen distintas definiciones que han ido evolucionando hacia la implicación de las experiencias y los procesos internos del individuo.
Por ejemplo, el planteamiento ecologista de Gibson defiende la teoría de que la percepción es un proceso simple. Sin embargo, la psicología clásica de Neisser defiende la percepción como –“un proceso activo-constructivo, en el que el perceptor antes de procesar la nueva información y con los datos archivados en su conciencia, construye un esquema informativo anticipatorio, que le permite contrastar el estímulo y aceptarlo o rechazarlo según se adecúe o no a lo propuesto por el esquema. Se apoya en la existencia del aprendizaje.”-
La percepción de un sujeto es subjetiva, selectiva y temporal. Aunque los estímulos sensoriales pueden ser los mismos para todas las personas, cada una de ellas percibirá cosas distintas.
Por ejemplo, una camisa blanca juzgamos que es del mismo color tanto a plena luz del día como a la luz de la luna, a pesar de que la proyección retiniana varía considerablemente en cada condición de observación.
Vinculado a este problema, nos enfrentamos en muchas ocasiones también al de la estimación inexacta, o no verídica, de algunas de nuestras percepciones, en particular cuando se nos presentan las conocidas ilusiones ópticas.
Estas ilusiones ópticas son las que nos hacen volvernos locos intentando encontrar todas y cada una de las posibles imágenes que puede haber en un solo dibujo. Así, es nuestro cerebro, focaliza una imagen y si no estamos preparados para abrir la mente y seguir buscando más allá, nos ceñiremos únicamente a ella, cuando SIEMPRE hay más cosas que ver.
Hay que trabajar nuestra mente todos los días, para que este en forma, activa y sana. Ya que si extrapolamos la ilusión óptica a un problema que todos podemos tener en mayor o menor cercanía como, depresión, alcoholismo, estrés, ansiedad, etc… corremos el riesgo de entrar en un bucle de pensamientos negativos que no nos dejen ver más allá de ellos.
Si nuestra mente está sana, abierta y acostumbrada a ver, analizar y escuchar otras posibilidades que la que nuestros ojos a priori ven, el éxito en cada uno de los problemas que tenemos en nuestro día a día estaría asegurado.
¿Cómo se puede hacer? Es mucho más fácil de lo que pensamos, unas pautas sencillas que todas las semanas podemos hacer son:
Pensáis, ¿que no es factible hacer esto todas las semanas?
Estoy segura que sí, EMPECEMOS¡¡