09 January 2015
MENTIRA, - “es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, de forma que se oculte la realidad en forma parcial o total. Una cierta oración puede ser una mentira si el interlocutor piensa que es falsa o que oculta parcialmente la verdad. En función de la definición, una mentira puede ser una falsedad genuina o una verdad selectiva, exagerar una verdad, si la intención es engañar o causar una acción en contra de los intereses del oyente. Las ficciones, aunque falsas, no se consideran mentiras”-.
Os habéis preguntado alguna vez, ¿por qué mentimos? y sobretodo ¿por qué nos mentimos a nosotros mismos?
Friedrich Nietzsche, decía que “Mentir es una condición más de la vida” Aún así, ¿ por qué mentimos tanto?
El ser humano es el único que se “auto engaña”, puesto que los animales no realizan esta acción. Los animales realizan la acción de mentir contra sus oponentes de forma instintiva únicamente, en un momento de caza o sobrevivencia. Sin embargo, los seres humanos nos auto engañamos diciéndonos que es por no hacer daño a la otra persona, en otras ocasiones por cuidar una situación o nuestra imagen durante un tiempo. Y digo, durante un tiempo porque al final, la mentira siempre sale a la luz. Y es ahí, cuando pensamos ¿realmente mereció la pena mentir?
Una larga lista de estudios sobre la mentira, han concluido que en un 95% la mentira está relacionada con la autoestima. Cuando las personas sienten amenazada su autoestima, tienden a recurrir a la mentira. Por ejemplo, los extrovertidos mienten más que los introvertidos. En términos de género, aunque hombres y mujeres mienten en proporciones similares, la investigación existente demuestra que los hombres lo hacen más para dar una mejor impresión de sí mismos, mientras que las mujeres tienden a mentir para hacer a la otra persona sentirse mejor.
A las pequeñas mentiras, las que se dicen con intención de no causar pena o de paliarla es lo que llamamos “mentiras piadosas” pero el problema real viene, cuando estas mentiras se convierten en realidad porque terminamos creyéndonoslas. O bien, porque estas mentiras se producen de forma constante todos los días de nuestra vida.
Según Derek Wood, las personas mienten principalmente debido al miedo. Buscan evitar un castigo porque sospechan que han hecho algo malo, y esto se puede convertir en un problema psicológico cuando el miedo es irracional y la mentira se convierte en algo compulsivo. Definiéndose esto, como Trastorno de Personalidad Antisocial.
En estos casos, según Wood, las personas mienten para obtener lo que desean, normalmente dinero, sexo o poder. Podemos decir por tanto, que todos mentimos, aunque siempre hay que señalar que unos más que otros.
Hay quien miente porque es un manipulador social y lo hace para herir, abusar de la gente o aprovecharse de los demás. Otros mienten para sentirse mejor, para halagar a los demás, para lograr algo útil o válido sin herir a nadie.
De hecho, aprendemos a mentir desde niños a través de la observación; vemos a nuestros padres mentir y normalmente, esas mentiras pasan sin consecuencias ni castigos, así que el hábito de mentir se vuelve una manera aceptable de interactuar con los demás.
La mentira es un gran esfuerzo para la mente porque todos los hechos falsos comprometen el futuro para siempre.
Por ello, ¿qué es lo que se oculta detrás de una mentira? Baja autoestima, inseguridad, falta de confianza en sí mismo, problemas de identidad, miedo, culpa, vergüenza, temor al castigo, etc.
Unas u otras mentiras, hacen que al final llevemos una doble vida, la real y la de la mentira. Convirtiéndose así nuestro día a día en algo miserable. La mentira exige mantener una personalidad que no es la propia arriesgándose a ser descubierto y con el temor de que se derrumbe toda la estructura falsa que se construyó y que en su lugar no queda nada.
El que miente, desea aparentar ser quien no es para conseguir, siendo otro, lo que no puede obtener siendo quien es. Carece por tanto de recursos para enfrentarse a la realidad y tolerar la frustración. Teme perder estima, prestigio, amor, dinero, trabajo, su lugar en el mundo.
Para perder la confianza de los demás sólo basta una sola mentira, pero una vida no alcanza para ganarla después de haberla perdido. Pero, en la sociedad actual ¿podríamos sobrevivir sin mentiras?
inmaculadacruza@hotmail.com PSICÓLOGA