01 December 2014
Es un pueblo pequeño y con escasos recursos económicos, pero a pesar de ello ha conseguido tener un equipo de futbol “CD Villa” de la envergadura de cualquier pueblo con mayores dimensiones y medios.
Actualmente, se encuentra en primera regional autonómica tras un gran esfuerzo por parte de la directiva, entrenador y por supuesto jugadores.
El CD Villa es un claro ejemplo, de motivación deportiva. Lejos de pensamientos negativos por los resultados obtenidos en campañas anteriores, se marcaron como objetivo prioritario darle la vuelta a las estadísticas. Y tal fue su afán, motivación individual/ grupal y técnicas de cambio que de una temporada a otra, fueron capaces de dar la vuelta “literalmente” a los resultados.
Por ello, cabe preguntarse ¿somos lo que pensamos?
Aunque no seamos conscientes de todo lo que nos decimos a nosotros mismos a lo largo del día, estos mensajes tienen un impacto importante en nuestro comportamiento. Los deportistas, tienen este lenguaje interno antes, durante y después de sus actuaciones deportivas.
Cuando se trabajan en los pensamientos positivos del equipo tanto de forma individual como grupal, el comportamiento del equipo tiene más probabilidades de que sea exitoso.
Para ello, se debe diseñar un establecimiento de objetivos de equipo “realistas”, afianzar y mejorar las relaciones y la cohesión de grupo. Si el equipo tiene asumidos los objetivos que se han de alcanzar, la forma en la que ha de conseguirlos y tiene un plan de trabajo para logarlos, se estará contribuyendo a la formación de un verdadero equipo.
Si estudiásemos las metas y la relación entre las expectativas de éxito y rendimiento del CD Villa durante las tres últimas temporadas en segunda regional, se podría afirmar que el establecimiento de metas tanto personales como de equipo, han ayudado a los futbolistas a seguir el camino trazado a lo largo de cada temporada. Al igual, que de esta manera se habrán mejorado aspectos psicológicos importantes como la motivación, confianza y perseverancia de los futbolistas, lo que disponía a cada uno a dar lo mejor de sí en busca de alcanzar lo que se proponía.
De hecho, en enfrentamientos directos con equipos del mismo nivel, la corriente positiva de resultados, los jugadores motivados y la sensación de sentirse capaces de ganar aumenta considerablemente éxito del partido.
Ahora sólo queda esperar que este gran trabajo venga acompañado de mejoras en su entorno, tanto económicas como materiales y por supuesto deportivas para que podamos volver a vivir un baño de éxitos futbolísticos “villanos”.