Las edificaciones de la época romana son las que llaman más la atención en la ciudad, ya que se trata de las que mejor se conservan.
12 December 2022
En la provincia de Badajoz, se esconde uno de los lugares con mayor peso histórico, arqueológico y turístico del país. Durante toda su historia, la cultura de las diferentes civilizaciones que han hecho vida en la región, con la predilección de la ocupación romana, árabe y cristiana, se ha configurado una de las ciudades con mayor particularidad de España, que le ha servido para ser Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.
Es posible que un único día no alcance para disfrutar Mérida en toda su proporción. Pero, desde luego, sí servirá para comenzar las andanzas, sobre todo por sus sitios históricos, por sus referencias obligadas, y por aquellas postales de Mérida que para todos los turistas resultan imperdibles. Si bien, la mayoría de las edificaciones de la época romana son las que se mantienen en mejor estado de conservación, no se puede dejar de lado la gran cantidad de atracciones naturales y hasta modernas que esconde la ciudad.
Aunque con suficientes recovecos y lugares interesantes como para pasar más tiempo, una de las cuestiones atractivas de la capital de Extremadura es que se puede recorrer con facilidad, porque la mayoría de los sitios están cerca, por lo que incluso andando, se podrá llegar a sus principales destinos.
Algunas personas suelen desarrollar su andadura turística por la pequeña ciudad, agrupando los destinos y las edificaciones históricas pertenecientes a la misma época o a la misma civilización, ya que así como se encuentran decenas de edificios de la época romana en buen estado, también están muchas edificaciones de la época de ocupación árabe, visigoda, y posteriormente, de la influencia cristiana que acabó predominando en toda la región.
Las edificaciones de la época romana son las que llaman más la atención en la ciudad, ya que se trata de las que mejor se conservan, y son la razón de que se hayan declarado muchos de ellos como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
En primer lugar, la visita realmente obligada es la del Teatro Romano de Mérida, que comenzó a excavarse hace menos de 30 años, y que por esa razón, su estado de conservación con respecto a la edificación original es admirable. Además, es uno de los teatros del Imperio Romano de mayores dimensiones, y por si fuera poco, todavía se realizan obras de teatro allí, cuando se celebra el Festival de Teatro Clásico en la ciudad, por lo que incluso puede ser una buena ocasión para visitar la capital extremeña.
En el mismo orden, ya que es una edificación que queda justo al lado, en un mismo recinto amurallado, está el Anfiteatro Romano, donde los gladiadores competían con un aforo máximo de 15.000 personas. También, su gran estado de conservación, permite transportarse en el tiempo en cada uno de sus rincones, ya que aparte de la gradería y la arena de combate, las estancias de los gladiadores son accesibles, y están en muy buen estado de conservación.
La Plaza de España puede ser un punto intermedio, antes de seguir el recorrido. De hecho, para muchos turistas, es el lugar idóneo para tomar algo antes de proseguir hasta las atracciones romanas.
Pero antes de llegar a la Plaza de España de Mérida -uno de los lugares imprescindibles, por su combinación de edificaciones romanas y árabes, con jardines de estilo visigodo, al lado de una Concatedral de estilo romano- puede ser una buena idea recorrer las calles del centro, que serán un choque cultural interesante, ya que a pesar de la influencia del turismo para la vida y la economía de Mérida, su centro no está abarrotado de comercios, sino que se mantiene el estilo tradicional de los mercados, sobre todo, en la calle Santa Eulalia, dejando la calle José Ramón Mélida para los turistas que desean tapas y negocios de artesanía tradicional.
Mérida está impregnada de la época romana por muchos de sus costados. Y de hecho, la principal ruta de entrada a la ciudad fue, hasta el año 1991, el Puente Romano; hoy puente viejo de la ciudad, ya que en ese mismo año se inauguró el puente nuevo, Lusitania, de forma que ambos regalan una de las postales más controvertidas e interesantes de Mérida.
Desde el Puente Romano, sobre el Guadiana, se puede ver a lo lejos el puente nuevo de la ciudad, que fue construido casi 2.000 años después del primero, siendo ese drástico cambio arquitectónico, uno de los grandes atractivos de las riberas del Guadiana; que al mismo tiempo, es uno de los puntos de reunión de los habitantes de la ciudad, tanto para fuente de recreo, como para ejercitarse o pasear a sus mascotas.
Es una buena idea acudir al atardecer, ya que es cuando hay más movimiento en la zona y se podrá pasar un buen rato contemplando el atardecer desde el margen del río o desde alguno de los dos puentes.
La mayor parte de las edificaciones importantes de Mérida son de la época romana, siendo un buen ejemplo el Templo de Diana, el principal edificio religioso de la época. Al mismo tiempo, el imponente Pórtico del Foro, de envergadura envidiable, es uno de los principales atractivos, sobre todo, para contemplar la capacidad de construcción de los romanos.
La influencia árabe no es menos en la ciudad, de hecho, la principal fortaleza defensiva de la ciudad es de la época musulmana, la Alcazaba de Mérida. Si bien no se encuentra en un gran estado de conservación, el peso histórico de esta edificación es fácilmente asimilable, a la vez que es admirable su orientación, justo con perspectiva hacia el Puente Romano, ya que era la principal forma de entrar a la ciudad por parte de los enemigos de los musulmanes para aquella época.
Visitar Mérida es adentrarse en la mezcla de las diferentes culturas que han ocupado España durante siglos. Cada edificio, cada calle, e incluso el comentario de los ciudadanos locales, hará que viajar a través del tiempo sea prácticamente una experiencia obligada.