El género femenino cada vez triunfa más en ciertos sectores donde se le da la oportunidad.
03 January 2017
Si hay un perfil emprendedor que ha sabido lo que es luchar todos los días desde el principio, ese es el de las mujeres. Y es que dentro de cada mujer hay una persona luchadora y emprendedora por naturaleza, incluso aunque nunca se haya planteado poner en marcha un negocio. Ahora, con la crisis aún coleando y un clima económico que prácticamente obliga a trabajar por su cuenta para salir adelante, cada vez son más las que se atreven a emprender una aventura empresarial. El problema es, al igual que con el resto de emprendedores, que hay pocas opciones para financiar una idea, por muy buena que sea esta. Los microcréditos para mujeres emprendedoras son, probablemente, la mejor manera de conseguir los fondos que se necesitan para poner en marcha un negocio. Veamos cuáles son las virtudes de esta vía.
El primer factor que distingue el sistema de microcrédito de otras fuentes de financiación es la cuantía que suelen tener los primeros. Se trata de cantidades de dinero reducidas, normalmente unos cuantos miles, con los que emprender un negocio. Muchas veces desde casa, aunque no necesariamente.
Los microcréditos nacieron precisamente para apoyar a esas mujeres que tienen una idea, pero que la banca tradicional se negaba a financiar simplemente por el hecho de ser mujeres. Por ello, cuando se habla de estos pequeños préstamos, se tienen como una herramienta de equilibrio social, con la que se pueden tener las mismas oportunidades, sin tener en cuenta el género de quien lo pide. En este sentido, el microcrédito también es distinto de los préstamos tradicionales.
Básicamente, cualquier mujer con una buena idea puede tener acceso a un microcrédito, salvo que se trate de un proyecto que claramente no sea viable. No obstante, las mujeres son muy cautelosas, por lo que antes de animarse a pedir financiación, habrá repasado varias veces si es posible poner en funcionamiento su nuevo negocio.
La financiación con un crédito de este tipo tiene algunos puntos en común con otros. Esto es algo que no hay que olvidar. Por ejemplo, se trata de un préstamo, por lo que hay que afrontar una serie de compromisos adquiridos. Habrá que demostrar que el proyecto es viable, que se tiene muy claro cómo se va a pagar y presentar la documentación que la entidad que presta solicite. Aún así, los microcréditos están ayudando a muchas mujeres emprendedoras a hacer realidad su sueño y salir adelante.
En vista de los buenos resultados que se están obteniendo, así como de la demanda que tiene esta fórmula, ha surgido una idea bastante interesante. Se trata de una fórmula a caballo entre el negocio y el apoyo social a la mujer que quiere emprender.
Invertir dinero en microcréditos es relativamente sencillo. Tan solo hay que saber qué entidades permiten que entre capital privado para apoyar proyectos. Hay diversas ventajas que lo hacen un modelo más que interesante. Muchas mujeres, que en su día se beneficiaron de un microcrédito y hoy tienen libertad financiera, se han lanzado a ayudar a otras para que puedan hacer lo mismo, ofreciendo múltiples ventajas frente a los créditos convencionales.