Según un estudio que publica la revista PLOS ONE, liderado por la Universidad de Deusto, si un medicamento no tiene efectos secundarios, parece que funciona aunque no sea efectivo en absoluto.
11 February 2014
Como bien saben las asociaciones de consumidores y los colegios de medicina, es habitual encontrarnos con anuncios de productos milagro que prometen la curación de problemas de salud de lo más variopintos sin producir ningún efecto secundario.
Según un trabajo de la Universidad de Deusto, muy a menudo, las autoridades sanitarias llaman al orden a la industria o a los comerciantes por vender productos supuestamente curativos que en realidad no tienen ningún efecto terapéutico más allá del placebo. Estos placebos gozan de una holgada popularidad y un atractivo entre el público que los puede hacer incluso peligrosos, al sustituir a los medicamentos que sí han demostrado su eficacia.
Pero si los productos milagro a la venta en farmacias, herboristerías y otros comercios no tienen ninguna eficacia para tratar enfermedades, ¿cómo es que son tan populares? Tal vez uno de los motivos por los que tienen tanta aceptación radica en que a menudo se anuncian como ausentes de efectos secundarios, una afirmación que a menudo es correcta.
Por otro lado, los medicamentos convencionales como antibióticos, analgésicos, etc., pueden provocar molestias de sobra conocidas, tales como malestar gástrico, a pesar de funcionar aceptablemente bien como remedios.
Ausencia de valor terapéutico
Los investigadores de la Universidad de Deusto afirman que un sesgo cognitivo, es decir, un prejuicio que consiste en una interpretación ilógica e irracional de la realidad, es el culpable de la mencionada preferencia del público por los remedios alternativos incluso a pesar de su completa ausencia de valor terapéutico.
Para comprobarlo, realizaron un experimento en el que unos participantes reclutados a través de Internet podían decidir si le administraban o no una nueva medicina a una serie de pacientes "virtuales" aquejados de una enfermedad, en una especie de videojuego online.
Sin que los participantes fueran advertidos de ello, en realidad la medicina que estaban utilizando en el experimento era completamente inútil (ni siquiera era capaz de producir efecto placebo). El videojuego estaba programado para que un número elevado de pacientes se curara espontáneamente, independientemente de si había tomado la medicina o no.
Libre de efectos secundarios
Cuanto más se usaba el supuesto medicamento, más sobreestimaban su eficacia
Los investigadores observaron cómo el falso medicamento era utilizado en el experimento mucho más a menudo si se presentaba como "libre de efectos secundarios", tal como parece ocurrir también en la vida real. Pero el dato más interesante es que cuanto más se usaba el supuesto medicamento, más sobreestimaban su eficacia.
En definitiva, muchos participantes acababan creyendo que un producto sin valor terapéutico alguno era de hecho muy eficaz para tratar la enfermedad en cuestión.
Como consecuencia de este trabajo, los investigadores proponen que, de cara a prevenir la creencia en productos milagro totalmente ineficaces, las autoridades sanitarias deberían poner el énfasis en el beneficio de usar medicamentos que han demostrado su efectividad científicamente, y no tanto en la levedad o ausencia de efectos secundarios, ya que esto último puede llevar a que un placebo sin ningún valor terapéutico se perciba como muy efectivo. Fuente: SINC