Reportajes
Creencias y actitudes ante la Violencia de Género entre Adolescentes
Alertan actitudes como que aún se justifique la agresión por infidelidad de la mujer. Recordamos que en Extremadura existen numerosos recursos encaminados a la prevención y atención de la violencia de género. Si sufres malos tratos debes pedir AYUDA en el 016 o acudir al centro de salud, servicios sociales, policía o guardia civil.
El estudio ha sido realizado por Mónica Guerrero, Cintia Moreno, Jorge E. López, Pedro J. Guiberteau y Carlos Álvarez. Se ha tomado como base un pretest realizado por estudiantes de Criminología de la Universidad de Alicante durante el Pasado curso en el IES Fuente Roniel de Fuente del Maestre en relación con las raíces de la violencia de género en la adolescencia arroja datos que siguen estando anticuados en cuanto a la mentalidad que debería predominar en la actualidad.
Según un resumen de mencionado estudio, realizado para Regiondigital.com por Carlos Álvarez Zambrano, uno de los alumnos autores del texto, se comprobaron varias hipótesis relacionadas con la adolescencia, la violencia en general, la violencia contra la mujer e incluso los comportamientos y prejuicios de un sexo sobre otro.
Los datos arrojados por el estudio son bastante amplios y complejos, detalla Álvarez Zambrano, por lo que se han desarrollado en este artículo los resultados de una manera general:
Se resta importancia a la actitud violenta Se observa fácilmente que a día de hoy los adolescentes siguen sin detectar la existencia de violencia de género en sus relaciones de pareja. Es evidente que siguen aceptándose ciertas actitudes violentas, bien por no considerarlas como tal, o bien por restarles importancia. Un elevado porcentaje de los encuestados (22%) afirman conocer a alguien que pega a su pareja. Podría decirse que dada la baja edad, la agresión a las parejas en este periodo supera en gravedad a las agresiones cometidas por adultos y conduciría de manera directa o indirecta a una futura violencia de pareja en la edad adulta. La gravedad en cuanto a la forma de pensar de los jóvenes se observa directamente cuando admiten la posibilidad de pegar o agredir a una mujer cuando se lo merezca, siendo favorable sin embargo el resultado de que, a medida que se avanza de edad, se pierde tal pensamiento.
Aceptadas las expresiones machistas Otro de los puntos a estudiar fueron las expresiones machistas, pues la mayoría de los jóvenes utilizan con bastante frecuencia chistes, frases o historietas que refuerzan la desigualdad entre géneros. Expresiones como “mujer tenia que ser” o “mira esa como va” son muy escuchadas y utilizadas tanto por chicos como por chicas de todas las edades, mientras que la misma expresión referida al sexo masculino es de escasa utilización, pero llama especialmente la el uso de las expresiones “esa chica va provocando” y “ese chico va provocando”, la primera es utilizada abierta y frecuentemente por ambos sexos y en todas las edades, mientras que la segunda es prácticamente inexistente. Prestando especial atención a la diferenciación de roles, tanto los chicos como las chicas están en desacuerdo ante la afirmación de que “la mujer no debe llevar la contraria a su marido”, por lo que ambos sexos manifiestan una profunda discrepancia con respecto a la idea de que la mujer no pueda contrariar al marido, sin que se observe variación significativa en los intervalos de edad de los encuestados. A la hora de preguntar al alumnado por la habilidad y la forma de conducir de cada género, la mayoría de los hombres piensa que es una destreza que les pertenece mientras que las mujeres manifiestan su profundo desacuerdo, por lo que una vez mas, subyace un pensamiento machista.
En el estudio se hizo especial hincapié en la asociación de ciertos lugares del hogar y la distinción en el uso por hombres o mujeres. Se conserva la tradicional asociación de cada estancia de la casa con las habilidades que se consideran propias de un determinado sexo, de manera tal que la cocina se relaciona con el sexo femenino en la misma medida que el garaje lo es con el sexo masculino, e incluso al plantearles cómo será la misma situación cuando cada joven tenga su propia familia y casa, el prejuicio no cambia y sigue manteniéndose.
Promiscuidad masculina aceptada y femenina rechazada EL ultimo bloque a estudiar fue cómo la promiscuidad masculina es muy valorable entre los adolescentes, así como censurable la femenina. En la respuesta a la cuestión de si los chicos pueden salir con muchas chicas pero no al contrario, un porcentaje elevado de varones estuvo muy o bastante de acuerdo con ello, mientras que las la totalidad de las mujeres muestran su profundo desacuerdo. Es grato saber que con la edad parece remitir dicha concepción machista por parte de los adolescentes. El varón con varias relaciones sentimentales en su historial es admirado y censurado en la misma proporción por los de su mismo sexo y claramente censurado por el sexo contrario. En cambio, en cuanto a la fémina que haya mantenido varias relaciones, es censurada en una gran mayoría de los casos tanto por su sexo como por el opuesto. Un porcentaje mínimo de los adolescentes considera que estas actitudes entran dentro de la libertad personal (cabe señalar que esta ultima información fue obtenida mediante una cuestión de respuesta abierta, por lo que los adjetivos y frases usados para describir a uno u otro sexo fueron agrupadas en: “insulto, libertad y admiración”). Principales conclusiones del estudio Se observa en los adolescentes de manera generalizada unas concepciones más abiertas y tolerantes con la pareja, en cuanto a la libertad de atuendo, de relaciones interpersonales directas y telemáticas con el otro sexo. Dentro de ello, el varón parece mostrar más temor a las relaciones inmediatas o personales de su mujer con amigos varones, que de éstas mismas mantenidas por las redes sociales, probablemente por atribuir a éstas últimas menos implicación física y corporal.
Alerta que aún se justifica la agresión por infidelidad de la mujer
De las respuestas a las cuestiones que se plantearon de modo indirecto relativas a la existencia y justificación de las actitudes violentas hacia las mujeres, se deduce claramente que los adolescentes no identifican los empujones con las agresiones, identificándolas sólo con la agresión física directa. Entre las justificaciones de dichas actitudes hacia la mujer, en las respuestas a la pregunta abierta y planteada de manera directa, impera con mucho la idea de que la infidelidad femenina justifica la agresión, es decir, se mantiene el concepto de la mujer como posesión por parte del varón.
En torno a la diferenciación de atribuciones según cada sexo, sí destaca la de actividades deportivas al sexo masculino, y las habilidades de coqueteo y belleza, y el uso de la cocina al sexo femenino continúan coincidiendo con la idea tradicional, pero lo cierto es que en cuestiones de mayor profundidad, como la atribución de éxito profesional y el reconocimiento de las dotes de mando, ya aparecen como significativas de ambos sexos en iguales proporciones. No obstante, estas percepciones es cierto que se van aunando y las diferencias disolviéndose con el avance de la edad de los encuestados.
Teniendo en cuenta el estudio completo y las conclusiones anteriores, y destacando; la idea de posesión que el varón continua creyendo tener sobre la mujer incluso desde la adolescencia, lo censurable que sigue resultando la promiscuidad femenina frente a la aprobación que mantiene la masculina por sus propios congéneres, así como la escasa alarma e identificación con la violencia de género de actitudes que no constituyan una agresión directa, tales como empujones, pellizcos, etc. Es fácil concluir que la existencia de un comportamiento sexista en la adolescencia favorece la futura violencia de género.
El tema de la violencia de género sigue siendo hoy en día un tema tabú, se sigue intentando buscar una excusa o explicación ante un comportamiento violento, agresivo o abusivo con tal de no definirlo como violencia de género, en tal cambio juegan un papel demasiado importante los medios de comunicación, aunque hoy en día siguen haciendo parecer que los hombres no son los culpables de la violencia contra las mujeres, y usan el término 'violencia doméstica' que desenfoca y no señala con el dedo al hombre que mata.
Es bastante importante concienciar a los jóvenes sobre la necesidad de terminar con tal diferenciación y de que la violencia de género es actualmente uno de los problemas más grave de criminalidad en España, pues el número de mujeres fallecidas por esta causa sigue siendo intolerable.
En Extremadura existen numerosos recursos encaminados a la prevención y atención de la violencia de género. Si sufres malos tratos por parte de tu pareja (o ex-pareja) debes pedir AYUDA en el 016 o acudir al centro de salud, servicios sociales, policía o guardia civil.
Se resta importancia a la actitud violenta Se observa fácilmente que a día de hoy los adolescentes siguen sin detectar la existencia de violencia de género en sus relaciones de pareja. Es evidente que siguen aceptándose ciertas actitudes violentas, bien por no considerarlas como tal, o bien por restarles importancia. Un elevado porcentaje de los encuestados (22%) afirman conocer a alguien que pega a su pareja. Podría decirse que dada la baja edad, la agresión a las parejas en este periodo supera en gravedad a las agresiones cometidas por adultos y conduciría de manera directa o indirecta a una futura violencia de pareja en la edad adulta. La gravedad en cuanto a la forma de pensar de los jóvenes se observa directamente cuando admiten la posibilidad de pegar o agredir a una mujer cuando se lo merezca, siendo favorable sin embargo el resultado de que, a medida que se avanza de edad, se pierde tal pensamiento.
Aceptadas las expresiones machistas Otro de los puntos a estudiar fueron las expresiones machistas, pues la mayoría de los jóvenes utilizan con bastante frecuencia chistes, frases o historietas que refuerzan la desigualdad entre géneros. Expresiones como “mujer tenia que ser” o “mira esa como va” son muy escuchadas y utilizadas tanto por chicos como por chicas de todas las edades, mientras que la misma expresión referida al sexo masculino es de escasa utilización, pero llama especialmente la el uso de las expresiones “esa chica va provocando” y “ese chico va provocando”, la primera es utilizada abierta y frecuentemente por ambos sexos y en todas las edades, mientras que la segunda es prácticamente inexistente. Prestando especial atención a la diferenciación de roles, tanto los chicos como las chicas están en desacuerdo ante la afirmación de que “la mujer no debe llevar la contraria a su marido”, por lo que ambos sexos manifiestan una profunda discrepancia con respecto a la idea de que la mujer no pueda contrariar al marido, sin que se observe variación significativa en los intervalos de edad de los encuestados. A la hora de preguntar al alumnado por la habilidad y la forma de conducir de cada género, la mayoría de los hombres piensa que es una destreza que les pertenece mientras que las mujeres manifiestan su profundo desacuerdo, por lo que una vez mas, subyace un pensamiento machista.
En el estudio se hizo especial hincapié en la asociación de ciertos lugares del hogar y la distinción en el uso por hombres o mujeres. Se conserva la tradicional asociación de cada estancia de la casa con las habilidades que se consideran propias de un determinado sexo, de manera tal que la cocina se relaciona con el sexo femenino en la misma medida que el garaje lo es con el sexo masculino, e incluso al plantearles cómo será la misma situación cuando cada joven tenga su propia familia y casa, el prejuicio no cambia y sigue manteniéndose.
Promiscuidad masculina aceptada y femenina rechazada EL ultimo bloque a estudiar fue cómo la promiscuidad masculina es muy valorable entre los adolescentes, así como censurable la femenina. En la respuesta a la cuestión de si los chicos pueden salir con muchas chicas pero no al contrario, un porcentaje elevado de varones estuvo muy o bastante de acuerdo con ello, mientras que las la totalidad de las mujeres muestran su profundo desacuerdo. Es grato saber que con la edad parece remitir dicha concepción machista por parte de los adolescentes. El varón con varias relaciones sentimentales en su historial es admirado y censurado en la misma proporción por los de su mismo sexo y claramente censurado por el sexo contrario. En cambio, en cuanto a la fémina que haya mantenido varias relaciones, es censurada en una gran mayoría de los casos tanto por su sexo como por el opuesto. Un porcentaje mínimo de los adolescentes considera que estas actitudes entran dentro de la libertad personal (cabe señalar que esta ultima información fue obtenida mediante una cuestión de respuesta abierta, por lo que los adjetivos y frases usados para describir a uno u otro sexo fueron agrupadas en: “insulto, libertad y admiración”). Principales conclusiones del estudio Se observa en los adolescentes de manera generalizada unas concepciones más abiertas y tolerantes con la pareja, en cuanto a la libertad de atuendo, de relaciones interpersonales directas y telemáticas con el otro sexo. Dentro de ello, el varón parece mostrar más temor a las relaciones inmediatas o personales de su mujer con amigos varones, que de éstas mismas mantenidas por las redes sociales, probablemente por atribuir a éstas últimas menos implicación física y corporal.
Alerta que aún se justifica la agresión por infidelidad de la mujer
De las respuestas a las cuestiones que se plantearon de modo indirecto relativas a la existencia y justificación de las actitudes violentas hacia las mujeres, se deduce claramente que los adolescentes no identifican los empujones con las agresiones, identificándolas sólo con la agresión física directa. Entre las justificaciones de dichas actitudes hacia la mujer, en las respuestas a la pregunta abierta y planteada de manera directa, impera con mucho la idea de que la infidelidad femenina justifica la agresión, es decir, se mantiene el concepto de la mujer como posesión por parte del varón.
En torno a la diferenciación de atribuciones según cada sexo, sí destaca la de actividades deportivas al sexo masculino, y las habilidades de coqueteo y belleza, y el uso de la cocina al sexo femenino continúan coincidiendo con la idea tradicional, pero lo cierto es que en cuestiones de mayor profundidad, como la atribución de éxito profesional y el reconocimiento de las dotes de mando, ya aparecen como significativas de ambos sexos en iguales proporciones. No obstante, estas percepciones es cierto que se van aunando y las diferencias disolviéndose con el avance de la edad de los encuestados.
Teniendo en cuenta el estudio completo y las conclusiones anteriores, y destacando; la idea de posesión que el varón continua creyendo tener sobre la mujer incluso desde la adolescencia, lo censurable que sigue resultando la promiscuidad femenina frente a la aprobación que mantiene la masculina por sus propios congéneres, así como la escasa alarma e identificación con la violencia de género de actitudes que no constituyan una agresión directa, tales como empujones, pellizcos, etc. Es fácil concluir que la existencia de un comportamiento sexista en la adolescencia favorece la futura violencia de género.
El tema de la violencia de género sigue siendo hoy en día un tema tabú, se sigue intentando buscar una excusa o explicación ante un comportamiento violento, agresivo o abusivo con tal de no definirlo como violencia de género, en tal cambio juegan un papel demasiado importante los medios de comunicación, aunque hoy en día siguen haciendo parecer que los hombres no son los culpables de la violencia contra las mujeres, y usan el término 'violencia doméstica' que desenfoca y no señala con el dedo al hombre que mata.
Es bastante importante concienciar a los jóvenes sobre la necesidad de terminar con tal diferenciación y de que la violencia de género es actualmente uno de los problemas más grave de criminalidad en España, pues el número de mujeres fallecidas por esta causa sigue siendo intolerable.
En Extremadura existen numerosos recursos encaminados a la prevención y atención de la violencia de género. Si sufres malos tratos por parte de tu pareja (o ex-pareja) debes pedir AYUDA en el 016 o acudir al centro de salud, servicios sociales, policía o guardia civil.