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María Jesús Herrero de Tejada, directora Museo Casa Pedrilla-Guayasamín

A las mujeres emprendedoras creo que hay que animarlas, hay que facilitarles las cosas para que desarrollen sus ideas y proyectos. Tenemos que estar en el mundo aportando nuestro conocimiento.

¿Qué es el museo Casa Pedrilla-Guayasamín?

La denominación Casa Pedrilla-Guayasamín, realmente no dice mucho. Casa Pedrilla corresponde a un Museo de Historia y Cultura de la Provincia de Cáceres, no en vano fue creado por la Diputación Provincial en 1995 y depende de ella. Y el sobrenombre de Pedrilla responde al de la familia que fue propietaria del edificio y del recinto. Por su parte, Guayasamín, se denomina Casa-Museo. Y es el edificio anexo, que acoge la obra del gran artista ecuatoriano.

Son pues dos edificios claramente diferenciados, no sólo por su arquitectura sino también por sus contenidos. Ambos se asientan junto a la Ribera del Arroyo del Marco, sobre lo que fuera en el siglo XVI un lavadero público. El primero lo levantó hacia 1940 la familia que le da el nombre, de ascendencia portuguesa y de ahí su arquitectura, típica de la zona del Alentejo, la más próxima a nosotros. D. Francisco Martín Pedrilla fue durante muchos años cónsul portugués en Cáceres, convirtiéndose por ello en él, el referente popular para su localización. El segundo fue una antigua fábrica de aceite del siglo XVIII, cuyas piedras del molino han permanecido como testigo de la utilidad del edificio.

¿Cómo se origina este museo?

La Diputación Provincial tuvo la oportunidad de adquirir el recinto con los inmuebles en 1990 y a partir de aquí, un equipo, con el entonces Presidente Manuel Veiga a la cabeza, empezamos a trabajar en posibles contenidos. Hablamos de convertirlo en sede de la Escuela de Bellas Artes Eulogio Blasco, propusimos la creación de un museo del Dibujo, en un momento en que aún en nuestro país no se hablaba de museos monográficos con asiduidad e interesantísimo porque el dibujo es, a no ser que se trate de obras muy elaboradas, el primer gesto del artista.

Definitivamente, se decidió crear un museo con nuestra propia historia, la más reciente, la que no se contaba en otros museos cacereños, la correspondiente a los siglos XIX y XX. Además, se ponía en valor un rico patrimonio provincial que hasta este momento había estado oculto en almacenes, sótanos y, en el mejor de los casos, en despachos de imposible acceso público. Con este patrimonio y con la colaboración de particulares que también vieron que era la manera de reconocer la valía de antepasados, se trazó el proyecto museístico que hoy podemos disfrutar. A nuestros visitantes siempre les contamos que Cáceres no es solamente una bella Ciudad Antigua, sino que también tiene una sobresaliente cultura forjada en el interior de esas murallas.

Cada planta divide el museo en una temática, ¿qué podemos encontrar en cada una de ellas?

Efectivamente, en el Museo de Historia y Cultura Casa Pedrilla, se distribuyen los contenidos en tres plantas:

En la PLANTA BAJA se encuentran los testimonios de personajes cacereños que destacaron en el mundo de la música, las letras, la investigación o la política. Faltan muchos otros, pero esta es una labor que vamos desarrollando paulatinamente por este Museo en su discurso temporal. A través de documentación gráfica, objetos personales, manuscritos, publicaciones y breves biografías de fácil lectura, se muestra la calidad cultural de muchos de los personajes que dan nombre a nuestras calles, plazas e instituciones, de los que hasta ahora cualquier referencia se desconocía. No hace falta mencionar la larga lista, basta repasar el callejero o la relación de centros de enseñanza y venir al Museo para saber quiénes eran.

La PLANTA PRIMERA está dedicada a los creadores plásticos, en la mayoría de los casos, con la recuperación de obras olvidadas y descuidadas. Obras de artistas rechazados por la aparición de las vanguardias y en el proyecto se quiso dar a conocer este pasado, revitalizarlo y darle la importancia que merecían.

La PLANTA SUPERIOR, denominada “Didáctica de la Historia”, presenta un recorrido por la Historia de Extremadura, desde la Prehistoria, pasando por una breve síntesis de la relación con América, hasta nuestros días, se presentan imágenes de los elementos más destacados de cada cultura, mapas y textos que ofrecen una visión general de nuestra Historia.

¿Qué acogida ha tenido este museo desde su inauguración?

La acogida por parte del público ha sido paulatina. Tanto para al público de nuestra ciudad como para el viajero que nos visita, siempre diría yo que un espectador interesado – con esto quiero aclarar que no es un museo de visitas masivas, sencillamente porque estamos fuera de los circuitos turísticos - , lo descubren como un museo muy agradable de pasear en el que se descubren cosas curiosas, desconocidas.

Sí es un Museo que se tiene en cuenta en las rutas de los viajes organizados, tanto de escolares como de mayores, con lo cual el número de grupos que nos visitan es bastante elevado. Recibiendo grupos de nuestra ciudad, de la región y de toda la geografía española. Los extranjeros, suelen formar parte de viajes organizados, pero llegan hasta nosotros los que quieren descubrir todos los rincones de la ciudad.

Y nuestro atractivo mayor, teniendo en cuenta a un público que nos desborda, son los conciertos que organizamos durante los meses de julio y agosto por la noche en los jardines, los cuales se vienen realizando desde 1996 ininterrumpidamente, con un éxito absoluto.

Como mujer emprendedora, ¿qué es lo que más te ha costado lograr en este proceso?

Crear el museo en sí, investigar, descubrir, desarrollar el discurso más apropiado y atractivo para el público. La forma de exponer cada uno de los elementos y crear los diferentes ambientes.... fue un trabajo intenso de dos años, compatibilizado, además, con el resto de funciones que desarrollamos desde este área en otros espacios. Con las dificultades propias de poner en marcha un proyecto, aunque disfrutando al mismo tiempo de cada descubrimiento que se hacía.

Por otra parte, el proceso de darlo a conocer también fue un tanto arduo. Recuerdo que en aquellos primeros años con proyector de diapositivas en mano y previa cita, íbamos el escaso equipo a los centros de enseñanza contando qué eran el Museo de Historia y Cultura Casa Pedrilla y la Casa-Museo Guayasamín. Hoy, nos sentimos orgullosos del camino recorrido, aunque siempre nos queda la espinita de no estar en el centro histórico, de no estar en las rutas habituales de nuestros turistas.

¿Animarías a otras mujeres a emprender o a desarrollar sus proyectos? ¿Por qué?

He tenido la suerte de estar en un puesto de trabajo, dependiendo de la Diputación, que me ha permitido llevar a cabo muchos y variados proyectos, de la propia institución provincial o colaborando con otras instituciones. Cada uno de ellos ha sido un reto, e incluso las actividades que organizamos en nuestro discurso de trabajo diario, que, en definitiva, producen una gran satisfacción personal.

A las mujeres emprendedoras creo que hay que animarlas, hay que facilitarles las cosas para que desarrollen sus ideas y proyectos. Tenemos que estar en el mundo aportando nuestro conocimiento. La mujer es trabajadora, y el amor propio nos hace luchadoras porque venimos de una situación de desventaja. Estar activas aumenta nuestras capacidades y si trabajamos en proyectos propios, aún más.

Siempre he pensado que había que ofrecer, pero con auténtico entusiasmo e interés para que tuviera el éxito que merece, una ruta turística que desde la Ciudad Antigua (nunca me ha gustado utilizar el término Casco), desde Santa Clara, bajara a estos museos, pasara por San Francisco, edificio digno de ser visitado como otro museo, ofreciera un paseo por la Ribera del Marco, y llegara hasta la zona del Calerizo, Cuevas de Maltravieso para terminar en la reciente rehabilitación de El Embarcadero.