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Vara destaca como desafios: empleo, violencia género y la unidad

El presidente de la Junta de Extremadura hace un llamamiento a reivindicar nuestros derechos y a velar por la igualdad y la concordia en el nuevo año

En el tradicional Mensaje de Fin de Año, el Jefe del Ejecutivo Regional, Guillermo Fernández Vara, ha comenzado haciendo referencia al 18N, cuando miles de extremeños reclamaron en Madrid, un Tren Digno, de forma pacífica, unica y, sin bandera política.

Junto con ello, Fernández Vara ha querido mencionado los grandes desafios que tiene Extremadura, comenzando por el empleo, siguiendo por la problemática demográfica o, la necesidad de atajar la violencia de género, en una sociedad donde sólo se podrá cambiar las cosas, cuando cambien os valores, especialmente, en los hombres.

Según Fernández Vara, "revindicamos, desde Extremadura, un modelo de financiación que nos permita hacer frente a la salud de nuestras familias en las mejores condiciones, a la educación de nuestros hijos con la mejor calidad, a la lucha contra la dependencia, a trabajar en favor de las personas con discapacidad, a permitir el acceso libre y completo a la cultura".

Además, el Presidente Extremeño ha tenido referencia para nuestro mayores,los dependientes, los inmigrantes que se juegan la vida en el mediterráneo, los emigrantes, especialmente, los extremeños que residen en Cataluña, a los agricultores, a los deportistas.

Junto con ello, Fernández Vara ha reiterado la necesidad de permanecer unidos en unos momentos convulsos, expresando el repaldo de todos los extremeños a la unidad consticional de España.

Deseando un Feliz 2018,  ha afirmado que "el intentar ser feliz no es una meta, sino un camino en el que seguramente habrá momentos de felicidad y momentos de infelicidad, pero donde siempre estará la legítima aspiración y anhelo del ser humano de convertir su vida en un proyecto de felicidad."

TEXTO INTEGRO MENSAJE

Queridos extremeños y queridas extremeñas:

Este será para siempre el año del 18 de noviembre. El año en el que decenas de miles de extremeños en la Plaza de España de Madrid les dijimos a todo el que nos quiso oír, que nuestra paciencia se había agotado y que Extremadura no quiere nada más, pero tampoco nada menos de lo que puedan tener el resto de los españoles y españolas.

Agradezco de corazón a todos los que aquel día hicieron un esfuerzo por intentar darle la vuelta a las cosas: a las centrales sindicales, a la Patronal, a las plataformas, a tanto extremeño anónimo que se desplazó para hacer posible aquella histórica reivindicación.

Esta semana he estado en el cumpleaños de Carmen, una entrañable señora que cumplía 100 años en Valencia del Ventoso. Hace unas semanas lo hice con el bueno de Francisco, Marchena, en Bienvenida que cumplía 113 años.

Los traigo aquí, primero para que los felicitemos todos y a todos esos abuelos y abuelas centenarios en Extremadura, pero también para que recordemos a los mayores de nuestra región y que logremos ese gran objetivo de que no haya ningún mayor que pase estas Fiestas solo.

Tenemos que ser conscientes todos, las Administraciones, las familias y los vecinos de que ellos, que se pasaron la vida cuidando de sus hijos primero, luego de sus padres y después de sus nietos, ahora necesitan mucho cuidado por nuestra parte.

También quiero poner en el centro de mi preocupación en el concepto universal que tengo de la sociedad a todos aquellos africanos y africanas que están muriendo en las aguas del Mediterráneo porque esperaban algún día encontrar la f de Felicidad, la f de Fe, o la f de Futuro.

También quiero poner el acento máximo en algo que me preocupa enormemente. Mientras haya alguna persona con discapacidad en algún rincón de nuestra tierra que por ese hecho sufra discriminación, nadie puede caer ni en la autocomplacencia, ni en la autosatisfacción.

Hay cosas urgentes que no son importantes y hay cosas importantes que no son urgentes, pero luego están las que son urgentes e importantes.

La primera, el empleo. Obviamente, el empleo tiene que ser nuestro principal objetivo. Tenemos que poner al servicio del empleo todas nuestras capacidades: las públicas y las privadas. Porque solo el empleo nos dará la suficiencia, la autonomía y el futuro que todos queremos y deseamos.

Tengo a veces la sensación de que en el gran tablero de juego del mundo se están volviendo a repartir las cartas. Tenemos que ser capaces, en este nuevo envite, de tener la mejor de las cartas, distinta de aquella con la que nos tocó jugar en su día y que tiene que ver con los factores, las fortalezas y las oportunidades que Extremadura ahora representa.

Soy un defensor de la estabilidad política, porque creo que la estabilidad política trae futuro. Soy un defensor de la paz social, porque creo que sindicatos y patronal tienen en su mano gran parte de las esperanzas del futuro. Soy un defensor de la moderación, de la vivienda a precios razonables, de la ecología, del cuidado de aquello que tenemos, de aquello que ofrecemos, porque creo que esa es nuestra oportunidad para que Extremadura pueda salir mejor parada en este reparto de cartas de lo que tuvo la oportunidad de salir hace 30 o 50 años.

Constituye nuestro segundo desafío la demografía. Es verdad que nuestro jóvenes y que nuestras jóvenes, sin un proyecto de empleo, no pueden tener un proyecto de vida y mucho menos un proyecto de familia. Pero también es verdad que algunas jóvenes parejas en Extremadura, que tienen razonablemente su vida resuelta tampoco se plantean las cosas de la manera que lo hacían sus padres o que lo hacían sus abuelos, que tenían familias de 3, de 4 o de 5 hijos y ahora estamos en una media entre 1 y 2 hijos por familia.

Tenemos que ser conscientes y tenemos que reconocer que para mantener los mecanismos de protección social de los que disponemos en España y en Extremadura, necesitamos niños que tendrán que o nacer aquí, o venir de fuera, pero que serán necesarios para poder lograr la sostenibilidad y el necesario equilibrio.

Constituye también un desafío muy especial para mí la lucha contra el cambio climático. El cambio climático no es un panel de expertos de Naciones Unidas. El cambio climático es la respuesta que el Planeta nos da como consecuencia de las agresiones que nosotros le hacemos. Estamos a tiempo; en nuestras manos está que el daño sea mayor o que el daño sea menor. Es lo que lo debemos a las generaciones que vienen detrás.

¿De qué sirve que queramos dejarle a nuestros hijos una vivienda o una ayuda o un pequeño ahorro si el planeta que les vamos a dejar es un planeta donde va a ser muy difícil vivir; un planeta que va a estar lleno de millones de inmigrantes climáticos o de catástrofes naturales? Tomémonos en serio algo que es absolutamente irreversible y apostemos de una vez por todas por las energías renovables como ese factor esencial de sostenibilidad y de desarrollo equilibrado de nuestro Planeta.

Es el desafío de los desafíos que se acabe de una vez por todas la violencia de género. Las mujeres no mueren, a las mujeres las matan, a las mujeres las matamos los hombres por haber nacido mujeres. En nuestras manos está y para ello son necesarias las leyes, sí; son necesarios los presupuestos, también; son necesarios los policías, sin duda; pero es mucho más necesario que seamos capaces de cambiar nuestra mentalidad, que abandonemos los chistes y los comentarios obscenos que se realizan y que son los mismos de hace 30 o 40 años y que ponen de manifiesto que habrán podido cambiar las leyes, pero que no han cambiado las mentalidades.

Por primera vez tenemos en nuestras manos, en las manos de los hombres de España y de los hombres de Extremadura, acabar con la violencia de género. Tenemos la gran oportunidad para poder hacerlo. Creo que estamos en disposición de poder hacerlo si tenemos la firme voluntad de poderlo lograr.

Revindicamos, desde Extremadura, un modelo de financiación que nos permita hacer frente a la salud de nuestras familias en las mejores condiciones, a la educación de nuestros hijos con la mejor calidad, a la lucha contra la dependencia, a trabajar en favor de las personas con discapacidad, a permitir el acceso libre y completo a la cultura, a todas aquellas cosas que son servicios públicos absolutamente necesarios e imprescindibles para los ciudadanos y las ciudadanas.

Defendemos un modelo territorial en el que los ciudadanos y las ciudadanas se sientan iguales en cualquier lugar de España; defendemos un modelo territorial en el que tributen las personas y no los territorios; defendemos un modelo territorial en el que todos quepamos.

Por tanto, quiero dejar muy claro que en un año tan complejo para nuestro país como ha sido este, con el intento de sedición de algunos políticos de Cataluña fuera de la Constitución, que algunos de ellos están en la cárcel no por sus ideas, sino por haber cometido presuntamente delito. Los que tienen solamente ideas están libremente circulando por la calle.

Quiero públicamente manifestar el compromiso del conjunto de los extremeños y las extremeñas con la unidad indisoluble de España. Quiero manifestar la defensa hacia los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que han estado dando la cara por ser nosotros a lo largo de todos estos meses. Quiero manifestar también nuestro compromiso con la legalidad, dentro de la Ley cabe todo, fuera de la Ley, sobra todo.

Me gustaría también tener un recuerdo a los agricultores y a los ganaderos en un año de sequía que les ha sometido a situaciones de una enorme dificultad. La recuperación de los seguros agrarios, la política de subvención de tipos de interés, pueden ser una ayuda pero soy perfectamente consciente de las dificultades por las que están atravesando y quiero que sepan que nadie como yo desea más que las cosas cambien en un corto plazo de tiempo posible. También nuestro compromiso con ellos en la negociación de la nueva Política Agraria Común.

Quiero tener un recuerdo muy especial como cada año para los extremeños y las extremeñas que están en la diáspora, para nuestros queridos emigrantes. Me vais a permitir que este año tenga un especial recuerdo para los que están en Cataluña, para esos extremeños y extremeñas que también son catalanes y catalanas que en Santa Colma de Gramanet, que en Cornellá, que en Sant Boi, que en Manresa, que en Tarrasa, que en Mataró, que en Lleida, que en Sant Adriá de Besos, que en Barcelona, que en Tarragona, no olvidan nunca a la tierra que los vio nacer a ellos o a sus padres, o a sus abuelos.

Desde aquí, os queremos decir que os recordamos, que os queremos mucho y que os tenemos muy presentes y que hemos vivido con vosotros las dificultades de un año tan complejo como este para los amigos, para las familias, para los vecinos. Nuestro cariño de siempre y para siempre.

Quiero también no olvidarme de los deportistas de Extremadura, de todos y de todas, desde el Santa Teresa que está en las categorías más altas, hasta los que están en las categorías más humildes, los que hacen deporte colectivo o deporte individual. Sois para nosotros también el mejor de los ejemplos.

Oía estos días atrás al Papa Francisco, que yo creo que es alguien que por encima de las creencias que cada uno de nosotros tenga representa muy bien el sentir general de una parte importante de nuestro mundo, hablar sobre el intento de ser felices. Y decía que intentar ser feliz no es un cielo sin nubarrones, no es un trabajo sin fatiga, no es una relación sin decepciones. Que intentar ser feliz es celebrar el éxito, pero aprender mucho también del fracaso. Es tener la capacidad de movilizar los músculos de la sonrisa o de la tristeza en los momentos malos o en los momentos buenos, pero también tener la madurez para reconocer, en un momento dado de nuestras vidas, me equivoqué o tener la sabiduría para poder expresar un “perdóname”.

En definitiva, el intentar ser feliz no es una meta, sino un camino en el que seguramente habrá momentos de felicidad y momentos de infelicidad, pero donde siempre estará la legítima aspiración y anhelo del ser humano de convertir su vida en un proyecto de felicidad.

Por eso, debemos estar siempre tan cerca de aquellos que no han tenido la posibilidad de lograrlo, por eso tenemos que tener siempre tan presente que la política tiene que hacer compatible la lucha contra la exclusión social y la lucha por el bienestar y por la prosperidad del conjunto de la ciudadanía.

Estas Navidades llegarán a muchos hogares de Extremadura animales de compañía, las llamadas mascotas. A todos, a los más chicos y a los menos chicos de la casa, os digo que los cuidéis mucho, por favor, porque los animalitos no son un regalo, sino una gran responsabilidad y el mejor de los ejemplos. Ellos nunca maltratan a sus hembras.

Y termino desde aquí, desde Guadalupe, un lugar tan hermoso que ya no solo lo decimos nosotros, sino que es uno de los lugares más bonitos del mundo. No solo es el corazón espiritual de nuestra región, sino que es, por todo y sobre todo, un buen ejemplo de lo que representa Extremadura y de lo que representa ser extremeño.

Podemos decir bien alto y bien claro que si somos capaces de permanecer unidos, con las diferencias, con las distintas ideas, con los distintos proyectos, pero capaces de permanecer unidos en aquello que realmente es importante para la región, en todo aquello que constituye el núcleo básico de las decisiones políticas que se toman en un territorio, en una comunidad como esta, lograremos los objetivos que nos hemos impuesto. Extremadura se merece que todos saquemos lo mejor de nosotros mismos.

Desde luego, aquellos que somos vuestros representantes somos los primeros que tenemos que hacerlo, tenemos la obligación de hacer de la concordia y de la moderación un estilo de estar en política, aunque sea defendiendo proyecto diferentes pero, cuando se trate de Extremadura todos tenemos que estar empujando y consiguiendo lograr los objetivos que nos marquemos.

Así que queridos amigos y queridas amigas: Feliz Año 2018 y como decía el bueno de Marchena, en Bienvenida a sus 113 años: “Nos volvemos a ver el año que viene”.