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Cuando la música vuela hacia la luz

La cantante cacereña Cloé Bird presenta su nuevo trabajo el próximo día 5 de noviembre en el Gran Teatro

Si buscamos una definición de música dice algo así como una sucesión de sonidos modulados para recrear el oído. Una recreación que entronca con el placer que hace despegar la imaginación para volar a otros mundos y, por qué no decirlo, sentir la libertad. Es precisamente esta concepción, la de volar en libertad como las aves, la que adoptó la música cacereña Chloé Bird para su nombre artístico.
Hablar de Chloé Bird es hablar de sensibilidad, de buen gusto, de sencillez, de una cuidada interpretación a la par de tenacidad, intuición e inteligencia. Posee ese extraño don capaz erizar el vello con apenas dos acordes. No es de extrañar que la música forme parte de su educación. “Crecí en un ambiente que favorecía la mucho la cultura”. Comenzó a tocar el piano a los cinco años pero nunca pensó que ese sería su futuro. Por eso ahora siente que “es como un sueño que estoy empezando a cumplir”, declara la cantante.
A los 18 años dio un giro radical a su vida. Cambió las ciencias y un futuro en la arquitectura por las clases en la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura (ESAD). En ese momento se percató de que lo que realmente le gustaba era estar encima de un escenario. “Lo que quiero hacer en la vida es contar historias”, afirma con entusiasmo Chloé. A partir de ahí, retomó la música y empezó a subir algunas versiones a Youtube, como el tema Somebody That I Used To Know, y poco a poco logró ganar adeptos. En ese momento, la chica pájaro se vino un poco arriba y dijo “venga, voy a hacer un concierto, así por probar. Y resulta que me enganché”.
De todos es sabido que todo lo bueno surge por casualidad, pero el arte también es disciplina y hay que saber qué se quiere contar. “Decidí que quería emprender ese camino, pero tenía que hacerlo bien”, narra la autora. “Empecé a formar un repertorio, a componer, a formar una banda de verdad”, prosigue. Decidió que su apellido artístico fuera en inglés porque casi todo su repertorio es en este idioma. Además, “siempre me gustó la idea de los pájaros, de vuelo, de despegar, de volar”. Y eso se nota porque la artista vuela cada vez más alto.
No obstante, Chloé ha crecido bajo las influencias Regina Spektor, Sara Bareilles, Arctic Monkeys, Mumford and sons sin olvidarse de los cantautores que escuchaban sus padres así como de la música clásica. “Cuando era adolescente era la rarita que escuchaba cosas que nadie conocía”, dice risueña la compositora. La chica pájaro es como una esponja que trata de absorverlo todo. Hace suya la frase de Noel Gallagher, vocalista y compsitor de 'Oasis' que afirma que “el músico está trabajando las 24 horas del día. Todo lo que oyes, lees y sueñas forma parte de la inspiración y material de trabajo”. A Chloé le gusta la mezcolanza “Mis influencias son todo un batiburrillo de diferentes ritmos que afloran en mi música”, no le gustan las normas porque “yo utilizo todas las herramientas que tengo para poder contar historias.”

'The darknest corners of my soul', un nuevo disco
A esta contadora de historias, una trovadora del siglo XXI con cierto aire rebelde (rebelde, como la canción de Jeanette, con quien ha cantado en más de una ocasión), no le gusta nada que la encasillen ningún estilo. Chloé Bird simplemente hace música. “Soy indie en el sentido que no tengo sello discográfico y todo es autoproducido y autogestionado, pero no me enmarco dentro de ese estilo”, sentencia la joven.
En su primer álbum de estudio, 'The darknest corners of my soul', se adivinan cambios respecto a su anterior trabajo, el EP 'Ocotober Moon'. Ahora abraza el pop sinfónico, coquetea con la electrónica, rescata cuerdas reales (violín, viola y chelo) y, por supuesto, continúa con su mayor aliado: el piano.
En palabras de la propia Clhoé Bird, “se trata de un proyecto más maduro, más trabajado. He aprendido algunas cosas y lo tengo todo más claro” Es un álbum que presenta un trabajo conceptual en el que las canciones están en el mismo idioma musicalmente hablando. Contiene siete temas en inglés, uno en francés y otro en español. Las canciones hablan del amor pero están sujetas a varías interpretaciones, de hecho, el single Fade está inspirado en la enfermedad del Alzheimer. El disco, que se ha grabado en el estudio JQrec de Cáceres, comienza con una canción instrumental muy luminosa que se va oscureciendo para anticipar que el oyente va a adentrarse en un viaje lleno de claroscuros. Un viaje de la luz a la oscuridad que en su última canción atisba de nuevo rayos de sol. “Siempre me gustaron los finales felices”, declara.
El resultado de este trabajo podrá disfrutarse el día 5 de noviembre a las 21:00 en el Gran Teatro de Cáceres. “Después del estudio toca la promoción, las entrevistas y los conciertos”, afirma Chloé, quien está deseando subirse al escenario para mostrar novedades, como su nueva banda, al público. Seguro que vuela muy alto.