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De Miguel: Proyectos de megaminería y contaminantes expulsarán a la gente del territorio
Ha expresado la 'necesidad' de cambiar el modelo productivo de Extremadura 'hacia otro que dé oportunidades para todos y para todas
La candidata de Unidas por Extremadura a la Presidencia de la Junta, Irene de Miguel, ha asegurado que los proyectos de megaminería y contaminantes son iniciativas "insalubres y sin futuro" que expulsarán a la gente del territorio.
De Miguel ha expresado la "necesidad" de cambiar el modelo productivo de Extremadura "hacia otro que dé oportunidades para todos y para todas, donde la sostenibilidad sea una pata fundamental y donde se genere empleo de calidad" para los jóvenes.
La candidata a la Presidencia de la Junta ha realizado estas declaraciones, en la última edición de 'Dando color a Extremadura', que se ha celebrado en Salvatierra de los Barros.
Según De Miguel, este acto ha estado centrado en "la Extremadura que no se resigna a los proyectos extractivos y contaminantes con los que nos quieren condenar a ser una tierra de sacrificio", asegurando que "lo que necesitamos son proyectos de futuro, y estos no lo son".
En este último 'Dando Color a Extremadura' han participado las plataformas No a la Mina de Cañaveral, Salvemos la Montaña de Cáceres y SalvaTuTierra de Salvatierra de los Barros, además del presidente de la Asociación de Amigos de Monfragüe, Paco Castañares; el candidato a la Asamblea de Extremadura Joaquín Macías y la eurodiputada extremeña María Eugenia Rodríguez Palop.
EXTREMADURA "NO ES UNA COLONIA"
La eurodiputada, María Eugenia Rodríguez Palop, ha asegurado que la transición ecológica genera cargas y responsabilidades "que han de repartirse equitativamente" y ha señalado que "Extremadura no es una colonia".
Junto con ello, ha explicado que "no estamos aquí para producir para otros y para que sean otros los que coloquen aquí sus residuos industriales".
Palop se ha referido específicamente al proyecto del macrovertedero asegurando que espera que Europa "frene" a la Junta de Extremadura porque se trata de una iniciativa que, aunque se está financiando con fondos europeos, "sorprendentemente va en dirección contraria a la estrategia de la biodiversidad, a la directiva del uso de residuos, a la directiva del hábitat, en incluso en contra de la carta de derechos fundamentales de la Unión Europea".